Tener
una actitud activa al escuchar en clase, no anotar todo sino sólo lo
importante y hacerlo en orden y prolijidad son las pautas elementales
Cecilia Crego
Tomar
apuntes es el acto por el cual el alumno se apropia de lo que escucha
en clase. Dicho así parece fácil, pero es algo complejo y que
complica a muchos jóvenes que llegan a la universidad sin haber
adquirido este hábito en el colegio.
“No
se trata de ser una ser una suerte de máquina copiadora de palabras
sin sentido, sino de retener en forma escrita lo más importante de
lo que explicó el profesor”, explicó el Director del Departamento
de Ingreso de la Universidad Católica Argentina (UCA), Roberto Aras.
Pero
no todo está perdido para aquellos estudiantes que este año
comienzan sus carreras y sienten que jamás van a poder, de una vez,
atender en clase, comprender lo que dice el profesor y captar qué es
lo importante para escribirlo. Y es que tomar apuntes es un arte, y
como todo arte, se aprende, se mejora con la práctica y posee
ciertas reglas que facilitan su correcto ejercicio.
La
Nación consultó
a varios especialistas en el tema, y de sus opiniones se sintetizaron
ciertas pautas elementales por seguir para escribir apuntes completos
y poder aprovechar así al máximo las clases.
Entender
para anotar
Los
especialistas coincidieron en que lo primero es asumir una actitud
activa en clase. “Estar atento es fundamental para tomar notas. Si
estoy más preocupado por escuchar lo que me dice alguno de mis
compañeros, el apunte muy coherente no va a ser”, señaló el
especialista de la UCA. Ambas cosas son complementarias: la atención
ayuda a tomar apuntes completos y tomar notas ayuda a mantener la
atención.
“En
esa acción uno tiene que esforzarse, aprender a escuchar y
comprender lo que se dice; si no se entiende es muy difícil
transcribir lo importante”, apuntó Lidia Ferrari, integrante del
Departamento de Orientación vocacional del CBC de la Universidad de
Buenos Aires (UBA).
Otra
de las reglas elementales es que los apuntes tengan cierto orden.
Para lograr esto hay que numerar las hojas, anotar la materia, la
fecha y el nombre del profesor. También es conveniente separar las
distintas asignaturas, ya sea por medio de separadores, en carpetas o
destinando un cuaderno a cada una e intentar que el formato del papel
sea siempre el mismo. Otra idea “piola”, según los consultados,
es dejar un margen para poder hacer anotaciones adicionales en el
momento del repaso.
Separar
el texto en párrafos y escribir lo más claro posible es clave. Los
apuntes tienen que ser fáciles de leer y no se debe escribir todo
amontonado. Para ello, Marcelo Freddi, a cargo del Departamento de
Orientación vocacional de la Universidad de Morón, dijo que es
fundamental usar bien los signos de puntuación y separar los apuntes
en párrafos. Además, los especialistas aconsejaron tratar de ser
prolijos y escribir de manera sencilla.
En
grupo
Resulta
de gran ayuda para registrar lo que dice el profesor en forma rápida
usar las abreviaturas, como q’
en vez de que o x
en lugar de por. Hay algunas que son propias de la carrera que se
estudia, y otras surgen de la costumbre. Los consultados advirtieron,
sin embargo, que tampoco es bueno abusar de ellas, dado que el texto
puede volverse críptico
y ser incomprensible hasta para uno mismo.
Para
Freddi, las notas que tomó otro compañero pueden servir si se
estuvo ausente en una clase, aunque siempre son mejores los apuntes
personales. Puede resultar útil, afirmó, cotejar los propios
apuntes con los de otros estudiantes para ver las coincidencias y
agregar algún tema importante que se haya pasado por alto.
En
este mismo sentido, Aras consideró interesante la idea de conformar
un grupo de estudio y hacer circular dentro de él los apuntes de los
miembros.
Otra
cosa que, según los especialistas, pocos estudiantes hacen es
apuntar las referencias bibliográficas que cita el profesor, así
como las preguntas hechas durante la clase y los ejemplos. “Es
fundamental para poder ir después a consultar la fuente original y
no quedarse sólo con el apunte”, adujo Ferrari.
No
tomar nota de la bibliografía, según señaló Aras, hace que muchas
veces “los alumnos en los exámenes finales repitan lo que dijo el
profesor y cuando se les pregunta a quién pertenece esa teoría o en
qué libro figura no tienen idea”.
Resulta
útil también repasar el apunta, de ser posible el mismo día que se
lo tomó. Es decir, releerlos, hacer algunos o, incluso,
transcribirlos para organizarlos y entender bien el tema. Ferrari
aconsejó, además, subrayarlos, hacer flechas y resaltar lo más
importante.
Una
sugerencia que hicieron los especialistas a los chicos que quieren
prepararse antes del inicio de la facultad es que escuchen una
grabación o una clase y ensayen tomar apuntes, porque hacerlo es
sólo cuestión de práctica.